El futuro del trabajo exigirá personas con muchos talentos, intereses y áreas de conocimiento, algo que encaja con la personalidad de los más jóvenes. Se requerirá una fusión de cuatro habilidades laborales clave:
- Herramientas digitales y habilidades tecnológicas
- Comodidad con análisis y datos
- Habilidades de gestión empresarial
- Diseño y habilidades creativas
¿Qué significa esto para los empleadores?
La Generación Z tendrá la capacidad de exigir una mayor personalización a la hora de avanzar en su trayectoria profesional. Para que las organizaciones atraigan y retengan a los mejores y más brillantes de estos jóvenes, se requerirá un cambio de chip. Los empleadores deben estar preparados para adoptar una velocidad de evolución que coincida con el entorno externo.
Eso significa desarrollar programas sólidos de capacitación y liderazgo, con un enfoque real y tangible en la diversidad.